Este post está escrito en borrador hace ya tiempo, en un
principio era uno sólo, junto con las ideas que vertimos en la entrada titulada AFRONTANDO
LA VELOCIDAD DEL MORIR de CUIDADOS
PALIATIVOS + VISIBLES , y aunque las dos nacían de la misma noticia nos
pareció mejor separarlas.
Cada vez que un caso de eutanasia o suicidio
asistido salta a los medios de comunicación, los que trabajamos en cuidados
paliativos nos echamos a temblar, la mezcla de conceptos y de términos es lo
habitual. Hace ya tiempo de la aparición del detonante de este post y del ya
comentado anteriomente, fue el caso de
una mujer joven, ciudadana norteamericana, Brittany Maynard. Ella fue
diagnosticada de un tumor cerebral bastante agresivo, un gliobastoma, con el
que los médicos “no podían hacer nada” (sobre esta expresión podríamos hacer
otro post algún día).
Os dejo un video donde podéis ver su caso, si es
que no lo habéis llegado a conocer: http://cnnespanol.cnn.com/2014/10/08/opinion-mi-derecho-a-morir-con-dignidad-a-los-29-anos/
En Estados Unidos la legislación sobre la
eutanasia y el suicidio asistido varía en función del estado federal que se
considere. Brittany decidió ir a vivir a otro estado, Oregón, donde legalmente tenía
acceso al suicidio asistido, y prestó su caso y su imagen a una campaña de la
organización Compassion and Choices, que defiende este derecho para todos los
ciudadanos. En http://www.thebrittanyfund.org/
podéis ver más en detalle lo que nos quiere decir.
El debate que origina este artículo no es tanto el
debate eutanasia sí o no, sino el desasosiego que nos produce, a muchos de
nosotros, que el debate se pervierta por un uso inadecuado de los conceptos y
las palabras. La primera noticia que tuvimos fue de un debate en twitter entre
Maite Cruz (@maiteazules) y Mónica Lalanda (@mlalanda ) sobre una noticia de El País.
En la noticia había algunas imprecisiones cuando
el periodista se paraba a aclarar algunos conceptos, esta imagen del mismo
artículo era el principal problema, sobre todo por el título.
Sin embargo a mi lo que me irritó fue la expresión: “sin padecer los cuidados paliativos del cáncer hasta el final”. Los cuidados paliativos que conocemos nosotros no se padecen, se viven, y gozan la vida y dan el poder sobre la muerte.
En la conversación tuitera Maite Cruz aportó algo de sentido común, simplemente citando un artículo Ética y muerte digna: propuesta de consenso sobre un uso correcto de las palabras, que ya tiene unos añitos, y que parece que no se ha leído mucho, ¡y eso que está libre en la web! El artículo aclara de forma muy didáctica qué significa cada cosa, sin hacer valoraciones morales. Este tema de las definiciones y conceptos es un tema clave, porque si no se empieza por hablar todos el mismo lenguaje el consenso después es imposible, esta es la misión del artículo realmente.
La cosa no quedó ahí, un sábado en la radio tuve que escuchar de una locutora muy reputada: “En Oregon está permitida la muerte digna", me preguntaba ¿es ignorancia? Al poco tiempo en TD1 de RTVE escuchaba sobre este caso y el final de la vida: "...En Andalucía, Aragón y Navarra hay testamento vital...", el periodista confundía la existencia de testamento vital con otro tipo de cosas, seguramente con la posibilidad de acceder a la eutanasia o suicidio asistido, ¿o quizás sedación paliativa? ; ¡No quiero ni saberlo! Las comunidades autónomas que citaba son las que han aprobado leyes de “muerte digna”, ¡como para preguntarle por las diferencias entre estas leyes autonómicas!. Está claro que no se puede saber de todo, y no se le pide esto a los periodistas, por eso la pregunta inevitable es: ¿dónde se documentan?
En estas estaba yo resignándome y proponiendome escribir a
la defensora del lector de El País para pedir que los periodistas se
documentaran mejor y no confundieran con
términos que parecen no dominar, cuando a un amigo y colega, Alberto Meléndez (@A_Melendez_G), otro amigo y colega Maxi Gutiérrez (@MAXIGJ) le pedía opinión sobre esta noticia.
Lo siento, NO me lo creo. #eutanasia es diferente a #MorirConDignidad.
, decía Maxi tuiteramente…
En estas estábamos los colegas discutiendo cuando Alberto
además descubre otro caso sangrante de confusión, esta vez no se trata de un
periodista, ahora se trataba de un abogado usando terminología en desuso, como por ejemplo eutanasia indirecta, o
pasiva, en una revista que dice estar “A la vanguardia de la información
sanitaria”.
Y nos pasó un poco como al increíble Hulk, llega un momento en el que uno no puede controlarse, escuchando tantas imprecisiones, uno estalla, y lo hace porque en nuestro trabajo diario nos jugamos la vida de las personas, sí esa por la que algunos dicen que ya “no hay nada que hacer”, pues justo al final es cuando más cosas hay que hacer, así que hoy queremos decir algo breve (ejem, bueno, ya breve no va a poder ser).
Por favor hagan bien su trabajo, infórmense, pregunten a los que saben, contrasten opiniones, e informen a la sociedad correctamente; después si quieren expresen su opinión, a ser posible sin mezclar con la información, pero no molesten hombre, que estamos trabajando para ayudar a vivir con dignidad hasta el último momento.
Nos ha parecido muy oportuno este párrafo del
cuaderno nº 34 de Fundación Víctor Grifols y Lucas, Ética
de la comunicación corporativa e institucional en el sector de la salud
Una iniciativa comunicativa puede perseguir realmente un aumento del conocimiento de la sociedad y/o puede perseguir otras metas más dirigidas al beneficio propio. Por ejemplo, un objetivo bastante común y, aunque lícito, no siempre explicitado, es que detrás de una acción de difusión se busca, sin duda, la promoción… desde un producto, una empresa o industria a una universidad, un centro de investigación o también a un determinado investigador. Todo ello aprovechando las nuevas y potentes vías de comunicación que ofrecen en la actualidad las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) por mediación de internet.
Los medios de comunicación de masas no son conscientes de la responsabilidad que asumen, ya que hoy la información nada de la prensa, la radio, la televisión y de las redes electrónicas– se ha convertido con singular potencia no solo en moldeadora de la opinión pública, sino incluso en el principal artífice de la puesta al día cultural y educativa de la sociedad. Y esto es solo el principio. La humanidad no solamente se enfrenta a los problemas éticos del conocimiento científico y médico, sino al dilema ético intrínseco a la propia comunicación.
Después del primer disgusto hemos visto con
agrado que la defensora
del lector de EL PAÍS ha servido para esta labor, en el post de su blog del
día 5 de noviembre, Diferencias
entre eutanasia y muerte digna, nos permite aclarar un poco esta confusión.
Gracias Maite Cruz y Mónica Lalanda por escribirle y aclarar la confusión.
Hace poco en Fundación CUDECA, recibimos a un
equipo de RTVE, del programa Repor
que querían profundizar en la atención al final de la vida, y la verdad es que
nos sentimos escuchados, nos sentimos partícipes del trabajo, y es que los
buenos periodistas se hacen notar en su trabajo (como cualquier profesional) ,
gracias a Vicenç Sanclemente por su
trabajo. Creemos que el programa al final ha quedado digno, y no era una tarea fácil
ya que la duración del programa no es muy larga, o al menos eso nos parece
siempre a los que salimos en la tele ¿no? El programa se titula “Un
final digno” y dará para otro post porque este está quedando ya demasiado
largo.
Un saludo a todos y no olvidemos que justo al
final es cuando más cosas hay que hacer por la persona que nos deja y su
familia, es justo que así sea.
Alberto Melendez Gracia Rafael Gómez García
@A_Melendez_G @ragomgar
Este post sale a la vez en Cuidados paliativos +
Visibles y en Medicina
de familia con blog propia
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